Fui esclava de dietas, que por supuesto me duraban algunos días, me ponían de mal humor y vivía frustrada, conocí millones de nutricionistas y psicólogos, hice varios tratamientos, pero claro el tema no estaba en la comida, eso era una consecuencia. Lo entendí con los años, me llevo mucho tiempo, pero si algo tengo es que soy una mujer incansable de buscar mi libertad emocional, mi bienestar, porque siempre, pero siempre, sentí que tenía que haber otra manera de vivir y claro que lo había.